COMPARACIÓN ENTRE FUMAR Y VAPORIZAR
Vaporizar y fumar son dos cosas distintas:
Una cosa es querer quitarse el mono de la nicotina, para lo cual vaporizar ayuda a calmar la ansiedad y el síndrome de abstinencia. PERO es muy importante tener en cuenta que dejar de fumar depende en gran medida de la fuerza de voluntad de cada uno: un vaporizador es una máquina que produce vapor al inhalar, no un invento diseñado específicamente con el fin de dejar de fumar. También se pueden usar los dos métodos, no hay porqué cambiar de hábito si no se quiere y aprovechar las ventajas que cada usuario perciba de cada una.
Vaporizar consiste en extraer los aceites esenciales de la planta, no en sacar el vapor de agua. Una vez extraídos estos, no tiene sentido ir más allá, ya que al subir la temperatura se llegaría a la combustión y ello no aporta nada más que quemar la materia vegetal (celulosa, clorofila, etc) y demás compuestos no psicoactivos.
Vaporizar no te quita de fumar pero sí hay muchas posibilidades de que te lleve a dejarlo, por las ventajas que presenta sobre la combustión:
1) mayor efecto
2) mejor sabor
3) se ahorran unos 2/3 de lo que se fuma
4) no afecta a la salud
5) no deja resaca
6) es más discreto
7) es más divertido, se puede hacer a distintas temperaturas y conseguir efectos más cerebrales o más físicos según la actividad y la hora del día. Estos efectos se pueden potenciar eligiendo variedades específicas (Indicas, Sativas o híbridos con distintas proporciones) para potenciar sus efectos, ya sean euforizantes, relajantes, calmantes, analgésicos, para inducir el sueño, etc.
Además ofrecen una gran versatilidad y adaptabilidad; se pueden usar en pipas de agua, bolsa, latiguillo, inhalando directamente: El filtrado por agua, por ejemplo, tiene sus propias ventajas, dado que hay gente que encuentra el vapor demasiado seco y prefiere filtrarlo, también permite visualizar la cantidad de vapor que se inhala además de proporcionar un efecto visual inigualable y muy impresionante al ofrecer la posibilidad, si se desea, de “blanquear” la pared exterior de cualquier pipa de agua con cada inhalación.
Lo que más echan de menos los fumadores suele ser cosas como: liar canutos, tener ‘algo encendido en las manos’, aspirar el humo en los pulmones hasta obtener una sensación de saciedad…
Lo primero se puede entender como una preparación mental al disfrute de la hierba, pero al vaporizar se pasa a disfrutar la hierba directamente. Prepararse para vaporizar es más rápido y más respetuoso con tu hierba sagrada.
Incluso se puede ver como una pérdida de tiempo, no es consumir en sí y muchas veces es un engorro (lluvia, viento, estar en público, falta de papel/tabaco/etc.) También es cierto que si vaporizas, te puedes esperar a llegar a casa porque, entre otras cosas no tienes ‘mono’.
Si tienes dolor seguro que no disfrutas liar, incluso es una tortura a veces, lo único que buscas es alivio inmediato.
Se puede ver así: En grindar/picar la hierba se tarda lo mismo de las dos maneras. Un modelo portátil oscila entre un minuto y medio y 20-30 segundos en los más rápidos.
En cuanto a lo segundo y tercero; fumar es tóxico, desperdicias material (solo absorbes el 15%, según estudios realizados) nada discreto, con lo cual estás muy limitado en cuanto lugares donde puedas consumir y muchas veces acabas fumando la ceniza apagada y quemada, un vaporizador de convección conserva más el sabor y da más vapor, el cual es más suave.
Todo ello no tiene nada que ver con vaporizar y por ello, implica un cambio radical de hábito. Lo cual deja una sensación de inseguridad, por si dejar de fumar fuera a ser peor la vida, o a perder algo muy necesario, como si no se pudiera volver a fumar en cualquier momento!
El cambio de hábito no es molesto, en realidad se cambia un hábito por otro mucho más sano, económico, divertido y aceptable socialmente. No es una secta ni un “frikismo”; es una inversión importante que hay que tomar con calma y por ello hay que informarse bien. La mayoría de la gente pasa semanas antes de decidirse, y no es un tema fácil de entender en 5 minutos. Pero eso no es culpa de la vaporización en sí, es culpa de la costumbre tan arraigada de fumar y de la falsa idea de que fumar siempre va a ser mejor porque es fumar y tienes una serie de rituales (canuto que liar) que no aportan nada en sí al hecho de consumir marihuana, es más no tiene nada que ver con consumir marihuana y sí con consumir tabaco.
Resumiendo: fumar directamente como lo conocemos, tiene unos 500 años de antigüedad, fumar “liado” solamente unos 150 y vaporizar, ya sea con llama de gas o de manera electrónica usando pilas o un enchufe, es tecnología del siglo XXI DC.
Hay excepciones: los Narguiles (Israel)-Arguiles (Golfo Pérsico-Irak)/Shisha (Arabia-Magreb)/Hukas (India) son vaporizadores así como las ‘pipas de coco’ que emplean algunos Rastafaris de manera tradicional. Precisamente ‘Narikela’ significa ‘Coco’ en Sánscrito. Aunque es la forma tradicional de vaporizar y el mantenimiento dista mucho de la facilidad que ofrecen los vaporizadores modernos.
La nicotina fumada se absorbe muy rápido y muy intensamente (~18ng/ml en sangre en el primer minuto de absorción) y decrece muy rápido. El nivel baja a 2,5ng/ml unas 2 horas después. Esnifada o mascada es más duradero (30 min) y no tan fuerte (hasta unos 14ng/ml) en chicle la curva es igual que mascada pero la cantidad se reduce casi a la mitad.
Esto explica que los fumadores tengan que estar reponiendo la dosis cada 2 horas. Además cuanto más se consume más se necesita. Es un círculo vicioso que suele llevar a la mayoría de gente que no fuma tabaco regularmente a fumar tantos porros como cigarrillos, con la desventaja de eliminar el filtro, por lo que la ingesta de alquitrán y demás tóxicos es mucho más alta. Al final se llega a consumir una cantidad anormalmente alta de cannabis para lo que se necesita; uno está «fumado» todo el día pero sin conseguir un efecto muy notable o agradable, lo que lleva al otro círculo vicioso de consumir cannabis sin fin para aumentar los efectos, sin volver conseguirlo realmente. Ya que ello depende de bajar el consumo, y ello está ligado a su vez al consumo de nicotina, lo que suele llevar a la mayoría de la gente a dejar de consumir cannabis y seguir con el tabaco, cuando en realidad lo que se buscaba originalmente era relajarse por la noche con un par de usos al día como máximo, o echarse unas risas con los amigos.
En conclusión, vaporizar es una forma “redescubierta” de consumir de manera eficiente, efectiva, económica y divertida. Además permite al usuario volver a ser “aceptable” en un entorno social más amplio.
Si estas interesado en comprar vaporizadores portatiles o de sobremesa visita nuestra web para ver las diferentes marcas y modelos de vaporizadores